domingo, 24 de octubre de 2010

El Betis se coloca líder a pesar del gran susto

Partido de grandes contrastes el que se ha disputado en la mañana de hoy en el estadio El Helmántico entre el Salamanca y el Betis. A la victoria con solvencia de los verdiblancos hay que añadir la mala noticia, el síncope, pero con final feliz de Miguel García, mediocentro de los charros.

Sin el `tridente mágico´ bético en escena, como se había especulado a lo largo de la semana que podía poner Pepe Mel en ataque, el partido se iniciaba con igualdad en el juego entre ambos equipos. Perico realizaba grandes jugadas por la banda izquierda de los locales, pero sin encontrar un rematador. Allá por el minuto 22 de partido, Héctor Yuste empezó a sangrar por la nariz, por lo que debía salirse del terreno de juego como bien dice el reglamento; esta inferioridad numérica fue aprovechada por los heliopolitanos para adelantarse en el marcador: córner en corto a la frontal del área. Momo recibe el balón y lo pone en el segundo palo, donde Miguel Lopes sirve de cabeza al área pequeña a Rubén Castro, que no desperdició la ocasión y puso el 0-1 en el electrónico. En la siguiente jugada, aún sin el jugador salmantino en el campo, una buena combinación de los pupilos de Mel, acaba con el esférico en las botas de Emaná, quien se saca un derechazo ajustado al palo, haciendo inútil la estirada de Biel Ribas y encarrilando el partido.


En la segunda parte, el Betis intentó mantener el resultado, y salvo algún centro al área que defendía Gotia sin excesivo peligro, los minutos transcurrían. Así se llegó al desafortunado episodio del partido. El centrocampista Miguel García, de 31 años, caía desplomado al césped, lo que provocó el nerviosismo en los allí presentes, con los médicos de ambos clubes y la Cruz Roja intentando reanimar al futbolista, sus compañeros a lágrima viva, el árbitro animándoles…, pero afortunadamente pudo recuperarse de la parada cardiorrespiratoria que sufrió y ser trasladado al Hospital Clínico de Salamanca, ya “estable”, con ovación de las aficiones, incluida la bética.

Lo que quedaba de encuentro fue como una losa para los castellanoleoneses, más con la mente puesta en el estado de salud de Miguel García que en el partido. Sin embargo, el choque continuó y lo poco que quedaba por ver era la puntilla de Emaná en el minuto 86 tras una triangulación por la banda derecha entre Isidoro e Israel, quien sólo tuvo que servir el balón al camerunés para que lo colocase en la red.


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